miércoles, 11 de junio de 2008

Figueres está entre nosotros.

OCEAN CASTILLO LORÍA.

El pasado domingo se cumplieron 18 años de la muerte de Don José Figueres Ferrer. Eran las siete y veinte de la mañana de un viernes cuando expiró Don Pepe. La noticia corrió como pólvora.

Algunos que miraban la televisión solo atinaron a bajar la cabeza y derramar algunas lágrimas. Otros, en medio de una gran desorientación, decían en susurros o a viva voz: "Don Pepe, Don Pepe".

Entre voces y lágrimas nuestro país lloraba su orfandad. Lloraba la ausencia de quien nos gobernara durante tres periodos. Del último caudillo del siglo pasado. Cosas de la historia, en 1990 nuestro partido había perdido las elecciones a manos del hijo del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, adversario de Figueres. El Partido Liberación Nacional se debatía en una fuerte crisis que llegó a encarnar un profundo canibalismo político.

Figueres se forjó en la polémica, ya se tornó figura inolvidable aquel año de 1942 cuando desde los micrófonos de la radio, establecía sus puntos de vista sobre la situación que en esa época vivía el país. La frase que lo haría un exiliado y que, lo haría entrar en la historia fue contundente: "Lo que el gobierno debe hacer es irse".
Figueres se forjó por sí mismo, ya en la biblioteca pública de Boston, ya en su finca: "La Lucha sin fin", lector incansable, admirador de los socialistas utópicos y profundo conocedor y crítico del marxismo dogmático.

Figueres fue un conocedor profundo de la idiosincrasia costarricense. De ahí, la manera como le hablaba a su pueblo, de forma llana, de ahí su humor que siempre fue bien recibido. Tantas son las anécdotas que hasta reportajes y libros se han producido sobre ellas.

Don Pepe tomó las armas pero no se perpetuó en el poder por ellas, su grandeza queda reflejada en la abolición del ejército. Cuando en otros países de América Latina y el mundo las juventudes temen o defienden el ingresar al servicio militar, Figueres convirtió el Cuartel Bellavista en museo.

Es Don José Figueres producto de un hogar frugal y cristiano, donde si un pedazo de pan caía al suelo, había que besarlo en señal de desagravio, un hogar donde si la persona se servía más de lo que podía comer, tenía que comérselo para que no se desperdiciara.
Es José Figueres quien concreta una visión política que se ubica en la misma línea de Don Alfredo Gonzáles Flores, Roberto Brenes Mesén y Omar Dengo. Tres son los pilares de dicha línea: la planificación económica, la intervención del Estado en la economía y la justicia distributiva.

Pero la construcción de una Costa Rica más justa pasó por las armas y la sangre, el primero de marzo de 1948, Don Pepe se alza en armas contra el "Caldero – Comunismo". De esta lucha aprendimos que no se puede construir la justicia social a costa de la libertad y que, esa justicia social no puede justificar las ambiciones personales que atenten contra la democracia.

Vemos allí a Figueres el estadista cuya amplia obra siempre ha sido digna de estudio: la nacionalización bancaria, la creación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el impuesto del diez por ciento al capital etc.

Políticamente es gracias a él y a otros inestimables socialdemócratas que se funda el Partido Liberación Nacional (PLN), el cual, tendría por tarea ser el brazo político en la construcción del bienestar para el mayor número.
De sus otras dos administraciones pueden rescatarse los siguientes hitos: la creación del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) y la creación de la Orquesta Sinfónica Juvenil, solo por mencionar dos.

Es Don Pepe un constructor de la cultura. De su boca las palabras que mejor lo retratan en este sentido: "Para qué tractores sin violines". También fue un gran escritor, no solo del tema político ("Palabras gastadas", "Cartas a un ciudadano", "La pobreza de las naciones", "El Espíritu del 48") sino también de ficción ("Cubaces tiernos en abril", "Así nacen las palabras y los cuentos") y hasta de sus experiencias agrícolas ("Franjas de luz: Arboricultura en el paralelo 10"), además se calcula que escribió cerca de 15000 cartas.

Como puede verse, Figueres presentaba múltiples facetas: el hombre que tuvo que tomar las armas para resguardar la libertad, el gobernante capaz de fundar la Segunda República, el humanista sembrador de cultura, el educador capaz de dejar grandes enseñanzas.

Murió Figueres pero no su huella. No en balde es considerado el personaje del siglo XX puesto que sus aciertos superan en mucho sus errores. "El estandarte Pepe Figueres que no ha caído y nunca caerá".

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