miércoles, 23 de julio de 2008

¿Irse o quedarse?

Ocean Castillo Loría.

Con motivo de la salida de nuestro partido de un importante grupo de compañeros, en varias instancias del PLN se ha venido reflexionando sobre las motivaciones de esas salidas y si puede establecerse una estrategia para evitarlas.

Hace unos días quien escribe estas líneas, tuvo su propia experiencia en este tema. Un inestimable amigo y compañero de Universidad, quien hoy funge como asesor del PAC, me plantea el tema: ¿Has pensado en irte de Liberación?

Yo le respondo que las luchas se dan dentro del partido, que contrario a lo que sucedía hace unos trece años, la critica al modelo de liberalización económica tiene un mayor espacio dentro de nuestra organización, y que, en lo personal, creo que se puede dar un giro del centro – derecha en el que estamos a un centro izquierda, como estábamos posicionados hasta finales del gobierno de Daniel Oduber.

Este amigo me dice que él no cree que Liberación pueda ser rescatado de su matrimonio con el neoliberalismo y por lo tanto, el espacio para un proyecto socialdemócrata o de izquierda democrática es el PAC.

He aquí la disyuntiva a la que se enfrentan muchas y muchos compañeros. Algunos se quedan, otros se van, algunos muestran preocupación y hasta plantean el debate, otros cierran los ojos y tienden a la descalificación.

Creemos que en este marco puede ubicarse la reflexión tan acertada y sentida del compañero Marcelo Prieto.

Resulta cierto que la lucha contra las ideas neoliberales dentro del PLN es como darle patadas al aguijón o dar cabezazos a la pared de piedra. Pero esa pared de piedra se debe a que algunos ámbitos partidarios se niegan a aceptar la derechización del partido: "No es derechización es flexibilidad", "Hablar de derechas y de izquierdas es anacrónico".

Esta es una nueva oportunidad para decir algo que hemos dicho en otros escritos, pero que vale la pena repetir so pena de cansancio: actualmente, nuestro partido está ubicado en el "socioliberalismo", que está muy cercano al liberalismo con un menor intervencionismo Estatal y una mayor focalización de las ayudas Estatales a los grupos más desfavorecidos.

A la luz de este concepto, resultaría claro que una de las motivaciones de la salida de algunas compañeras y compañeros sería el que nuestro partido parece creer menos en la intervención del Estado en la economía, de lo que se hizo desde el primer gobierno de Don Pepe hasta Don Daniel.

Lo cierto es que antes de mediados de los ochentas para nuestra colectividad política le era más fácil identificarse con sus ideales fundacionales, en el tanto, era más visible la coherencia entre éstos y los programas de gobierno que se ejecutaban. Posteriormente, resultaba que en mayor o menor medida se daba una distancia entre dichos valores fundacionales y los programas que se llevaban a cabo: ¿Porqué?, Pues por la promoción de una mayor participación del mercado como eje organizador, inclusive, una apuesta cada vez más clara por el mercado como integrador de la vida social. en este marco se inscribe, aunque para algunos sea desagradable reconocerlo, el DR – CAFTA, u otros Tratados de Libre Comercio.

Compartimos con el compañero Marcelo Prieto, la historia de los sectores partidarios que han sido críticos de esta visión debe ser escrita, pero no debe tardarse mucho tiempo en que sus protagonistas lo hagan, de lo contrario, podrían hacerlo desde fuera de nuestro partido.

Otro factor que puede motivar la salida de compañeras y compañeros es la corrupción que durante algunos años ha venido asentando sus raíces en ciertos estamentos partidarios. Lo hemos dicho antes y lo repetimos ahora, no se puede cometer la injusticia de generalizar, pero tampoco se puede justificar lo que en ciertos ámbitos es evidente.

También concordamos con Don Marcelo en que para la mayoría de quienes se marchan esta decisión tiene una fortísima carga emocional. Vuelve a mi mente la pregunta que tantas veces me han hecho: ¿Has pensado en irte de Liberación?, vuelven a mi mente las afirmaciones que amigos de otras tiendas políticas me han hecho: "Ese partido que defendés ya no es lo que era en el pasado".

En mi caso, quizás por una cuestión de carácter, de formación y hasta de esperanza por volver a la izquierda democrática, mi respuesta es la misma: "Yo no me voy de Liberación, a mí me tienen que echar". De paso, resulta lamentable que algunos se tomen el derecho de echar gente del partido. Para ser totalmente honesto, los que deberían irse son aquellas y aquellos que han abrazado tesis opuestas a nuestros ideales fundacionales y las han disfrazado de "socialdemócratas". Espero que las pacientes lectoras y lectores sabrán comprender este sentir.

Lo volvemos a repetir: Es doloroso que se marchen compañeros de causa, pero no podemos permitir que se siga diciendo que los verdaderos liberacionistas se marchan del partido. Pueden irse algunos, pero quedamos muchos verdaderos socialdemócratas que nos negamos a dejar en el olvido nuestra bandera.
Cita Don Marcelo una frase propia del APRA: "Solo el APRA salvará al Perú". Ante el panorama electoral que se nos plantea podríamos afirmar que: "Solo el PLN salvará a Costa Rica", pero, como lo hemos dicho otras veces, un PLN que sea el brazo político de la clase media de este país, sobre todo, de la clase media que no obtiene los beneficios de la globalización.

Ahora, si se quiere establecer una estrategia para enderezar la situación actual de la salida de partidarios, debe volverse sobre otra idea que ya hemos expresado: debemos reflexionar acerca de la capacidad de cohesión dentro del partido y la fortaleza de los espacios de debate dentro de éste, así como la capacidad de tolerancia de los puntos de vista en los distintos grupos.

Por otro lado, algunas y algunos liberacionistas han planteado la posibilidad de acercarse al PAC, de negociar, partiendo de la premisa de que ambas agrupaciones son progresistas. Esto, por ahora parece poco viable en el tanto, los planteamientos de Socialdemocracia "flexible" y el más tradicional, de uno y otro partido tienen una gran diferencia: El mayor o menor grado de la participación del mercado en la economía, sobre todo en el tema de la distribución de la riqueza. Adicionalmente, resulta cierto como lo dice el compañero Rodolfo Guerra, que por su carácter, con Solís, es decir, con el PAC, es prácticamente imposible dialogar.

Ahora, compartimos con el compañero Enrique Gomáriz el que: "hay que buscar una fórmula orgánica que de cauce al flujo progresista existente en el plano políticoelectoral". Pero esto sucederá en la medida que haya un compromiso partidario para girar del centro – derecha al centro izquierda.

Nos resistimos a dejar de lado la visión de nuestros fundadores de fortalecer un partido permanente e ideológico. Estas dos características han sido vitales para la adhesión del electorado. Si renunciamos a ello, la ventaja la tomarán desde el centro – izquierda, el PAC, y desde el centro – derecha, el PUSC, o desde la derecha, ML.
Se trata aquí de hacer conciencia que la política tiene que ver con los modos de convivencia y que los tales tienen que ver con la vida. Desligar la política de la vida es deshumanizar.

En otro orden de cosas, ante la situación política del país hasta politólogos contrarios al partido como Constantino Urcuyo (El Financiero, Núm. 672. 16 – 22 junio 2008. p. 50), concuerdan en que el PLN tiene altas posibilidades de mantenerse en el poder. La pregunta a responder es: ¿Para qué se quiere ese poder?, ¿Para profundizar lo que el compañero Gomáriz llama bien: "orientación Balirista"?, ¿Para concretar otro proyecto ideológico – político?

En esta lógica, las bases partidarias deben poner mucha atención a lo que desde ya plantean los precandidatos. Tanto J. Araya Monge como F. Berrocal Soto ya vienen diciendo en sus discursos la tesis del "rescate de la socialdemocracia". ¿Cuántas veces hemos escuchado esa idea desde 1994?

Corremos así, el peligro de caer en un círculo vicioso: el o la postulante presidencial plantea el rescate del ideario liberacionista, el electorado deposita su confianza en él o ella y su equipo de trabajo, a la hora de ejercer el poder el ideario verdiblanco pasa a segundo plano. El resultado: una mayor decepción del electorado y un aumento en las posibilidades de que gente valiosa se nos marche del partido.

Se vuelve de este modo a la consabida pregunta que muchos le hacen a nuestras partidarias y partidarios: ¿Has pensado en irte de Liberación?

Esperamos que las reflexiones que en torno a este tema han iniciado, sirvan para un debate serio sobre la situación actual de nuestro partido.

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